Cariátides, según Vitrubio


Buscando en internet, por descansar de forma productiva y leer otros blogs relacionados con el mundo clásico me encuentro con un post que recoge las palabras de Vitrubio sobre este pórtico tan admirado y admirable. La conclusión: en caso de guerra, los débiles (en este caso las mujeres) se llevan la peor parte.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tomado de http://www.historiaclasica.com/search/label/Arquitectura

Dicho fragmento dice así, al respecto de los conocimientos que un arquitecto debe tener de la historia… por lo visto, en aquellas épocas los arquitectos estaban más bajo el control de sus contratistas y debían dar explicaciones de todo…

A menos que esté familiarizado con la Historia, {el arquitecto} será incapaz de justificar el uso de aquellos ornamentos que tenga ocasión de introducir. Si, por ejemplo, en vez de columnas se colocan estatuas de mármol de mujeres vestidas con estola — que se llaman cariátides— y si superpone modillones y cornisas, deberá saber dar explicaciones a quienes pregunten; veamos: Caria, ciudad del Peloponeso, conspiró contra los griegos con ayuda de los persas, enemigos de los griegos. Posteriormente estos, como respuesta a su traición, y al verse libres de los persas tras una gloriosa victoria, de común acuerdo declararon la guerra a los habitantes de Caria. Una vez conquistada la ciudad y pasados a cuchillo sus habitantes, se llevaron como esclavas a sus matronas. Para que estas circunstancias fuesen mejor recordadas, y la naturaleza de su triunfo perpetuada, los vencedores las representaron con sus túnicas, aparentemente sufriendo por el peso de la carga asignada, como expiación del crimen de su ciudad natal. Así, en sus edificios, los arquitectos antiguos, mediante el uso de estatuas, legaron a la posteridad un memorial del crimen de los carios.

«De architectura», capítulo I. Vitrubio

La historia no está mal; en todo caso corrobora que, en caso de guerra, las mujeres siempre se llevan la peor parte. Para acabar de entender qué es en arquitectura una cariatide, me remito a la Wikipedia, que dice: «Una cariátide (griego antiguo Καρυάτις, plural: Καρυάτιδες) es una figura femenina esculpida, con función de columna o pilastra, con un entablamento que descansa sobre su cabeza. El más típico de los ejemplos es la Tribuna de las Cariátides en el Erecteión, uno de los templos de la Acrópolis ateniense… Si la figura es masculina, se llama atlante o telamón.»

Pues eso…

La nueva forma de entender la historia

www.historiaclasica.com

Ara Pacis


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Segóbriga


Un saludo a todos.

Hoy hemos tenido el encuentro con Segóbriga. Como todos los años, desde hace 25 precisamente, se organiza un encuentro internacional de teatro grecolatino en ese enclave. Para quienes no conozcáis bien el lugar, os invito a buscarlo.

Es sin duda especial. España debe considerarse afortunada por tener lugares como estos, donde la propia historia se hace realidad visible, con el esfuerzo de arqueólogos. Aquí podemos divisar una imagen donde encontramos tanto un pequeño anfiteatro, como el teatro, el foro y las termas.

En el TEATRO, a pie de escena, hemos disfrutado la obra de Antígona, en la que Sófocles plasma de manera trágica la vida de una mujer dispuesta a saltarse las normas que imprimen los hombres en la sociedad para atender, con hilo directo y mucha valentía, la voluntad de los dioses y las leyes de la propia sangre. Una lectura que, vista desde la democracia, debería hacer pensar a pueblos y personas.

Posteriormente también hemos recordado, de alguna manera y con bastantes actualizaciones, la obra de Eurípides que narra el encuentro con el Cíclope. El famoso «nadie», la defensa de los compañeros, la inteligencia puesta al servicio del bien común. Un drama satírico representado con alegría por muchachos a los que no se les olvidará esta experiencia y acercamiento a las raíces del mundo griego. De la obra destaca el carácter de Ulises, el descubridor de su propia identidad, de su propia heroicidad.

Un saludo a todos, sin más.

Altar de Pérgamo


Arquitectura griega. Acrópolis.


El significado de la palabra Acrópolis te abrirá a su significatividad y representatividad en la polis griega. La de Atenas no es la única existente. De hecho, otras también conocidas, son igualmente impresionante en su ubicación y arquitectura.

Esta por ejemplo es la maqueta de la acrópolis de Pérgamo:

Los edificios principales de la Acrópolis de Atenas se ordenan (de órdenes arquitectónicos) en parejas: ¿cuáles?

Escultura griega. Época helenística.


Si sabes qué es el helenismo, ya sabes en qué momento de la historia y en qué lugares podrás encontrar lo más significativo de la escultura de la época: Pérgamo, Rodas, Alejandría, Antioquía.

Sin duda has visto ya más de una vez las principales obras de esta época. ¿Sabes a cuáles me refiero?

Escultura griega. Época clásica.


Guíate a través de los siguientes escultores: Fidias, Policleto y Praxíteles.

En sus obras, en los cánones que utilizan, en sus novedades, en su biografía.

Escultura griega. Época arcaica.


¿Cuál es el origen de la escultura?

¿Las formas griegas arcaicas de dónde proceden?

¿Quiénes son Cleobis y Bitón?

Origen de la democracia


Sé que empiezo por el final, y que la historia también está idilizada e idealizada. Pero el orgien de la democracia ateniense es uno de los mejores textos donde evaluar de qué modo vivimos hoy la participación y el poder del pueblo. De eso se trata precisamente.

 

Existe un texto, famoso en la antigüedad, que relata los combates entre la polis de Atenas y la de Esparta. La «Guerra del Peloponeso», escrita por Tucídides, contiene entre otras cosas un canto bellísimo a la Democracia. Me refiero a la Oración Fúnebre de Pericles.

De él, de una lectura atenta y también interesada de la obra, puedo extraer lo que para mí son las tres principales ideas relativas a la Democracia:

  1. Por un lado el descubrimiento, asombrado, de que no es una cuestión natural al hombre. Siendo natural el hecho de ser personas relacionales, esto es, de vivir continuamente en relación las cosas, y el hecho de ser sociales, es decir, de vivir todo como una cuestión social, la democracia no es algo natural. No se inscribe por esto dentro del desarrollo normal de los ciudadanos y de los pueblos. Lo cual, a su vez, nos hace pensar en los medios necesarios para que ésta se produzca. Y dentro de estos medios, siempre intencionales, destaca el compartir los bienes, si bien no es el único.
  2. En segundo lugar, un paso reflexivo. El descubrimiento, que deja estupefacto, de dos grandes mundos: el privado y el público. Estas palabras, empleadas por numerosos filósofos contemporáneos, suscriben dos ámbitos de actuación personales totalmente diferentes, cuya mezcla y confusión deriva en perjuicios tanto para el individuo como para la colectivdad. Por asunto público me refiero a todo aquello que, sea lo que sea, deja de ser algo que afecta a una sola persona o grupo reducido de personas, para pasar a afectar a todas las personas que conviven en la polis. El gran paso, más allá del descubrimiento y del mundo de las ideas, es la comprensión y puesta en práctica de la siguiente afirmación: «Si afecta a todos, todos deben resolverlo de manera participada y conjunta.» De esta afirmación se deriva tanto la conciencia del poder del pueblo como el interés de todos por todos, dado que nadie que viva en un colectivo está al margen absolutamente del resto. Y se manifesta expresiva y socialmente en la necesidad de crear las estructuras de gobierno y participación necesarias para ello.
  3. Y el tercer punto lo refiero al modo de participación y a su verdadera significación: el diálogo como único medio válido para alcanzar la verdad y poder decidir, en función de esta verdad encontrada, el bien por sí mismo (o en su defecto lo mejor). Del diálogo derivamos a la importancia de no respectar las mentiras y completar las verdades encontradas con la participación de todas las perspectivas posibles. Esta actitud democrática básica, alejada de las decisiones al margen de todos, es el corazón de lo democrático. El poder del pueblo se expresa no en la lucha sino en las palabras, los argumentos, el respeto a las personas que hablan y son escuchadas, pero no a sus palabras sin más.

 Dicho lo cual, queda para la reflexión personal en qué democracia vivimos y qué democracia queremos.