Ovidio «Es preciso escuchar a un sabio cuando habla.»


» Haz promesas, pues ¿en qué te perjudican las promesas?, cualquiera puede ser rico en promesas. La Esperanza, una vez que se le ha dado crédito, se mantiene durante mucho tiempo: es una diosa engañosa, verdaderamente, pero que sin embargo presta sus servicios. Si llegas a hacer algún regalo, podrás ser relegado calculadamente: se llevará lo que tú le dejaste y no habrá perdido nada. Pero lo que no le regalaste, que siempre parezca que vas a regalárselo: así muchas veces un campo estéril engañó a su dueño; así el jugador, para no perder, no cesa de perder y vuelve a llamar al dado una y otra vez a sus manos ambiciosas. Ésta es la meta, éste es el objetivo: unirte a ella sin haberle regalado nada antes; y para no darte gratis lo que ya te dio, te lo seguirá dando.»